Una de las grandes ventajas de los tableros físicos es su infinita flexibilidad.
El tablero físico (bueno, el virtual también) puede llegar a convertirse el artefacto con el que más interactúa todo el equipo: dailys, conversaciones, división en tareas, auto-asignación de tareas, panorama del progreso, adaptación, priorización, etc.
En agilidad se espera que el equipo preste atención no solo a la construcción de producto, sino también a diferentes aspectos relevantes orientados al día a día o a la mejora continua.
Mover un listado de dependencias, de obstáculos, de compromisos de mejora continua, de conversaciones pendientes, de temas que queremos compartir o que nos compartan en alguna charla, como parte de nuestro tablero, identificando visualmente su propósito y su diferencia de los items de producto, puede convertirse en un medio eficaz para generar interacción y sacarle el provecho deseado. El flujo del tablero puede fácilmente adoptarse con pequeñas o ninguna adaptación, para incluirlos.